Qi tiene varias funciones. Una de ellas es ser la fuente de todo movimiento del cuerpo. Esto incluye desde la actividad física como bailar, caminar hasta movimientos involuntarios como respirar o los latidos del corazón. También repercute en el pensamiento, el desarrollo y crecimiento de los seres vivos. Pero Qi no es inseparable del movimiento. Es el movimiento. Por eso no hay que pensar a Qi como una metáfora. Es un fenómeno real. Existen métodos de diagnóstico para determinar su fuerza y movimiento y tratamientos para compensar su deficiencia y regular su flujo. Lo normal sería que Qi se mueva armoniosamente en todas las direcciones. Cuando se obstruye o es deficiente se mueve "desordenadamente".
Otra de las funciones de Qi es la de proteger el cuerpo de agentes patógenos que si penetran en él logran perjudicarlo. También es fuente de transformación de otras substancias que se ingieren (tales como el alimento) y que luego se transforman en sangre, sudor, lágrimas u orina. Estos cambios van a depender de la fuerza transformadora de Qi. A su vez, es quien evita la pérdida excesiva de los fluidos corporales ya que Qi "conserva las cosas dentro". Y por último, ayuda al mantenimiento del calor normal de cuerpo.
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