El Ki no se manifiesta siempre de igual modo. Tiene distintas cualidades y siempre está en movimiento. La teoría de los cinco elementos que nos ofrece la Medicina Tradicional China nos ayuda a comprender las diferentes cualidades vibratorias del Ki y su manifiestación en el universo.
Estos cinco elementos son el Fuego, la Tierra, el Metal, el Agua y la Madera. Los mismos están en relación permanente. Se crean y favorecen generando el Ciclo de Creación donde cada elemento nutre al elemento siguiente de modo que:
a) el Fuego nutre a la Tierra a partir de sus cenizas
b) la Tierra nutre al Metal puesto que éste se halla en sus entrañas
c) el Metal nutre al Agua puesto que la condensa
d) el Agua nutre a la Madera ya que la riega y la hace crecer
e) la Madera nutre al Fuego ya que lo ayuda a hacerse brasa.
Hay un dicho en Medicina Tradicional China que reza la siguiente: "si el hijo llora, cura a la madre". Es decir que si un elemento estuviera debilitado y presentara síntomas habría que poner la vista en el elemento que lo está nutriendo (en la "madre" del "hijo" que llora). Por ejemplo, si el elemento Metal presentara síntomas de debilitamiento habría que trabajar dicho elemento pero también habría que reforzar el elemento Tierra (que favorece, nutre y crea al elemento Metal). A este ciclo se lo llama Ciclo de Creación.
A su vez, también así como existe el Ciclo de Creación también existe un Ciclo de Control que representaría las fuerzas equilibrantes que controlan al ciclo creativo. Se lo puede explicar de la siguiente forma:
a) El Fuego controla al Metal puesto que lo vuelve maleable
b) el Metal controla a la Madera ya que la poda si ésta crece desmedidamente
c) la Madera controla la Tierra ya que las raíces ayudan a mantenerla compacta y a que no se desgrane como en el desierto.
d) la Tierra controla el Agua ya que conforma las orillas del río, le da cauce y no permite que se desbande.
e) el Agua controla al Fuego puesto que lo apaga.
Bibliografía:
Carola Beresford-Cooke, Teoría y Práctica del Shiatsu, editorial Paidotribo, Barcelona, 2001.
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